martes, 13 de mayo de 2008

la heroína del gueto

una noticia del abc que me he encontrado en el cole
aunque tenga este titulo, no tiene nada que ver jajajajaja

VANESA SUVALSKI, CORRESPONSAL. VIENA.
El mundo ha perdido a uno de sus justos. La vida de Irena Sendler, una mujer polaca que salvó a unos 2.500 niños judíos durante el nazismo, se apagó ayer en Varsovia a los 98 años de edad, a causa de una afección pulmonar. Al conocerse la noticia de su fallecimiento, el presidente de Polonia, Lech Kaczynski, expresó su «enorme agradecimiento» a Sendler por su «valentía extraordinaria». En 1965 fue honrada con el título de «Justo de las Naciones» por parte del Instituto de Estudios del Holocausto Yad Vashem, en Jerusalén. Polonia e Israel la propusieron en 2006 como candidata para el Premio Nobel de la Paz. Sin embargo, a esta humilde mujer no le importaban los honores oficiales. «Cada niño salvado con mi ayuda y con la ayuda de todos los emisarios secretos, que ya no viven, son la justificación de mi existencia sobre esta tierra, y no una reivindicación de gloria», escribió Sendler en una carta al Senado de Polonia, que el año pasado le rindió honores.
Asistenta social
Irena era una asistente social de 29 años cuando la Alemania nazi invadió Polonia en agosto de 1939, dando inicio a la Segunda Guerra Mundial. A iniciativa de Sendler, la organización clandestina «Zegota» logró sacar entre octubre de 1940 y abril de 1943 a miles de menores del gueto de Varsovia. La excusa oficial de los miembros del grupo para entrar allí era inspeccionar las condiciones sanitarias en el gueto durante brotes de tifoidea. Sendler y una veintena de colaboradores sacaban a los bebés y niños pequeños escondidos en ambulancias y tranvías, a veces incluso dentro de paquetes para evadir los controles nazis. Así pudieron salvarlos de la deportación a los campos de exterminio, destino de casi todas las personas recluidas en el gueto, liquidado en abril de 1943.
El grupo clandestino, apoyado por el Gobierno polaco en el exilio, escondió a los niños con papeles falsos en el seno de familias cristianas, en conventos y orfanatos. Eso sí, Irena siempre deseó que sus protegidos conociesen su verdadera identidad. Por eso, ocultó en su casa una lista cifrada con sus nombres reales. Si algo le sucedía a ella, los niños podrían conocer su verdadero origen. En octubre de 1943, la Gestapo, la policía secreta nazi, detuvo a Sendler y la activista fue condenada a muerte. A pesar de sufrir brutales torturas, la mujer jamás delató el trabajo de su organización ni el escondite de los niños. Gente de la resistencia polaca logró sacarla de la cárcel tras sobornar a los guardias alemanes. Irena sobrevivió la guerra escondida con un nombre falso. «La gente sólo puede dividirse en buena o mala. No importan su raza, religión o nacionalidad», le había enseñado su padre. Generaciones enteras le estarán por siempre agradecidas.

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